MÉTODO

A diferencia de lo que la gente piensa, la legislación puede llegar a entenderse como cualquier otra materia, (y no les quepa la menor duda de que sólo se sabe lo que se entiende). Ya lo decía Einstein: “la memoria es la inteligencia de los tontos”. Es cierto que tenemos que memorizar mucha materia, pero entendiéndola. Y para entender la legislación son necesarias 3 cosas:

  • Primera, tener a alguien que me la explique de forma que yo la entienda, es decir de forma sencilla. Un ejemplo que siempre les pongo a mis alumnos cuando me llaman para informarse sobre mis cursos: «si mi hijo pequeño se cae y le llevo a urgencias un médico me dirá que tiene un ‘traumatismo craneoencefálico leve’ (que para eso ha estudiado 6 años de medicina), pero hombre, lo que tiene es un CHICHÓN”.
  • Segunda, preguntar todo aquello que no se entienda, venga en el temario o lo haya escuchado en el telediario o en la cola de la pescadería.
  • Tercera, ESTUDIAR, ESTUDIAR. ESTUDIAR…

En esto consiste mi MÉTODO: llevar lo enrevesado, en lenguaje técnico o complicado, a un lenguaje sencillo, para así poder entenderlo sin problemas. Y con este método, tras 15 años formando opositores, puedo decir que mis alumnos hoy en día están trabajando a lo largo y ancho de la geografía española tanto en el ámbito Sanitario, como Sociosanitario y Administrativo (les invito a leer sus opiniones en la sección de Testimonios de esta web).

Hay una cosa que preocupa mucho a los futuros opositores cuando quieren preparase una oposición y es el número de aprobados que tiene un preparador o una academia.

Pues bien, sobre esto (con independencia de que en mi caso no me puedo quejar, de lo cual dan fe mis antiguos alumnos, y de que hay demasiados/as que se hacen llamar preparadores y academias que no son más que “sacacuartos”), para los amantes de los números debo decir que por ejemplo en las últimas oposiciones que he preparado, entre mis alumnos están el número 1 de Técnicos Superiores de Laboratorio Clínico, entre otros muchos; el número 1 de Celadores por el turno de discapacidad, entre otros muchos; el número 12 y 19 de Celadores por el tuno libre, entre otros muchos, y un buen número de Técnicos en Cuidados de Auxiliar de Enfermería.

Pero, ¿es mérito mío que hayan sacado el número 1 o estén entre los primeros, o hayan aprobado? NO, o al menos no todo. Mi mérito es haber conseguido que hayan entendido la materia, explicándola de forma sencilla, aclarando sus dudas, con multitud de ejemplos sencillos (que a veces incluso pueden parecer o incluso sonar ridículos, pero si con ellos han entendido mejor la materia, dejan de ser ridículos para pasar a ser muy valiosos). El mérito real es de esos alumnos que me han pedido que vuelva a explicarles algo que no les ha quedado claro, que me han preguntado todas y cada una de sus dudas, que me han pedido que les ponga un ejemplo para entenderlo mejor y que han ESTUDIADO, ESTUDIADO, ESTUDIADO…

Apliquemos algo tan sencillo como es el sentido común para contestar la siguiente pregunta:

Si en mis clases que son de 20 alumnos, 10 aprueban y algunos están entre los primeros de esa promoción, y 10 suspenden… Si yo he hecho el trabajo por el que me pagan, explicando la materia de forma sencilla a todos, aclarando las dudas de quienes me las plantean y poniendo ejemplos sencillos para una mejor comprensión para todos, ¿de quién es el mérito de aprobar la oposición, y no digamos ya de quedar entre los primeros o incluso ser la número uno?

  • a) Del profesor, que lo ha explicado mejor a unos que a otros.
  • b) Del profesor, que ha dedicado las clases a los que han quedado entre los primeros.
  • c) Del profesor, que por ósmosis ha inculcado más conocimientos a unos que a otros.
  • d) Del alumno, que ha prestado atención y entendido la materia porque ha preguntado sus dudas, ha pedido aclaraciones y ejemplos para verlo más claro y ha ESTUDIADO, ESTUDIADO, ESTUDIADO…

Evidentemente la respuesta correcta es la D.

SON LOS ALUMNOS CON SU ESFUERZO Y DEDICACIÓN LOS QUE APRUEBAN O SUSPENDEN,

APOYADOS Y GUIADOS POR UN BUEN PREPARADOR.